Hemos sido catapulados al más allá de la vida política
conocida. Hay cierta sensación de que lo publicado en El País ha permitido a los
mortales conocer un lado de la política que nunca, nunca, había sido expuesto a
la luz de la mirada pública. Habíamos visto financiaciones ilegales y
enriquecimientos personales; pero nunca a la cúpula de uno de los dos grandes
partidos señalada directamente, incluido a su presidente. Prácticamente todos
los grandes nombres del PP aparecen en la contabilidad B de Bárcenas: Rajoy,
Cospedal, Ana Palacio, Arenas, Mayor Oreja, Rato, Trillo, Acebes y Cascos entre otros. También aparecen donantes como OHL o Mercadona.
Tal vez el momento actual, terrible y vergonzoso, acabe
trayendo algo bueno al fin y al cabo. Los años noventa se caracterizaron por --entre otras cosas-- una crisis económica
profunda y el encausamiento de personas consideradas intocables: Roldán,
Barrionuevo, De la Rosa, Mario Conde, etc. Tal vez, y sólo tal vez, el momento
que ahora atravesamos se recuerde como la consecución de ese proceso. La
evolución del caso Bárcenas, el manejo de la posible implicación del presidente
del Gobierno y el destino del yerno del Rey probablemente nos darán la
respuesta.
EXTRA
La reacción de los partidos políticos de la oposición
desdibujó un poco la importancia de la publicación de los papeles de Bárcenas. De nuevo,
otra vez, el día de la marmota.
Cayo Lara, Rubalcaba, Pere Navarro, Junqueras, el PNV y
otros pidieron todos un poco de lo mismo (aunque no exactamente): que Rajoy
hable, que el PP dimita, que si convocatoria de elecciones generales… Es cansino
ver como, en el que podría ser el mayor caso de corrupción de la democracia, los
partidos siguen tirando de manual: unos negando y el resto tratando de sacar
provecho.
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